Elisabetta Sirani, nacida en Bolonia en 1638, fue una artista con gran reconocimiento internacional, encontrando más de 200 obras en tan solo diez años. Aunque perteneció al Barroco (y en este blog hablamos de las mujeres del Renacimiento), su capacidad productiva fue tan notoria que debe ser digna de mención. Con tan sólo 12 años Elisabetta empezó a pintar siguiendo los pasos de su padre, Giovanni Andrea Sirani, principal ayudante de Guido Reni. El inicio de su carrera artística fue avalado por el conde Carlo Cesare Malvasia. Aunque poco se sabe acerca de su formación artística, es probable que fuera su propio padre quien la introdujera en el arte de la pintura. Lo que sí se puede afirmar, tanto de ella como de muchas otras pintoras del momento es su falta de conocimientos anatómicos por estar prohibido a las mujeres observar modelos desnudos para su estudio. Sea como fuere, los conocimientos del claroscuro suavizado típico del barroco de la escuela boloñesa los tenía muy interiorizados. Fue pronto reconocida por toda Europa, realizando obras religiosas, autorretratos y retratos de grandes personajes que la encumbraron en el mundo del arte barroco. Sin embargo, la inusitada velocidad con la que ejecutaba sus cuadros puso en duda la autenticidad de muchos de ellos. Se creía que tenía ayudantes que colaboraban en la elaboración de sus obras. De hecho, Elisabetta tuvo que someterse a demostraciones en público para demostrar que era ella y nadie más la autora de sus pinturas. Con tal solo 27 años, en 1665, Elisabetta moría de modo inesperado. En un primer momento se apuntó al envenamiento por parte de una criada a la que su padre acusó pero quedó absuelta. La autopsia del cuerpo reveló profundas úlceras estomacales que podrían haber sido provocadas por el estrés y la presión a la que se sometía en su trabajo.
Referencias:
- http://www.mujeresenlahistoria.com/2011/02/rapida-y-prolifica-pintora-elisabetta.html (Consultado el 25 de mayo de 2016)
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